Aficionados de los Raptors celebran durante la final – NBA

Por primera vez, un equipo no estadounidense gana la NBA, lo que confirma el fin del monopolio baloncestístico

«Los Warriors ganan hoy, nunca habrá un equipo extranjero que gane la NBA». Salía de la boca de un aficionado al baloncesto de Texas, cuando la final entre los Raptors y los Warriors iba 2-1 a favor del equipo canadiense, con el favoritismo invertido por la plaga de lesiones en los californianos. ¿Era un sentimiento dominante en EE.UU.? Aunque no son raras opiniones como esta, es difícil saberlo. Un estudio de la casa de apuestas BetOnline aseguraba que la gran mayoría de los estados de EE.UU. prefería una victoria de los Raptors, y lo basaban en actividad en redes sociales a favor de uno u otro equipo. Eso sería comprensible ante unos Warriors que se encaminaban a su cuarto anillo en cinco años y después de fichajes sonados en las últimas temporadas -Kevin Durant, DeMarcus Cousins- que lo convertían, para muchos, en un equipo «demasiado bueno».

En cualquier caso, el campeonato canadiense escuece en el nacionalismo deportivo de EE.UU. Los estadounidenses siguen siendo los dominadores absolutos del deporte, pero las últimas dos décadas han sido también una cura de humildad: los fracasos de su selección en varios campeonatos mundiales y en los Juegos Olímpicos de 2004; la aparición de equipos legendarios con mucha presencia de extranjeros, como los San Antonio Spursde Tony Parker y Manu Ginobili; y, ahora, el primer equipo no estadounidense que gana la NBA. A algunos tampoco les hacía demasiada gracia que Pau y Marc Gasol fueran los primeros hermanos en ganar un anillo de la NBA, como reconoció Draymond Greeen, quizá el jugador más agresivo, dentro y fuera de la cancha, de los Warriors.

Para los Raptors, la victoria es una reivindicación de que hay baloncesto más allá de los límites de EE.UU. Durante años, han protestado porque, a pesar de estar siempre entre los mejores equipos del Este, su protagonismo en las retransmisiones televisivas era escaso. Incluso los seguidores más fanáticos se consolaban con teorías conspiranoicas sobre arbitrajes en contra.

Su triunfo es histórico por ser un equipo canadiense, pero es más relevante por ser un equipo muy internacional. Tres de los mejores jugadores de la plantilla -Marc Gasol, Serge Ibaka y Pascal Siakam- son de fuera, además de otros que completan el banquillo y, sobre todo, de Masai Ujiri, su director deportivo. Nacido en Inglaterra, se crió en Nigeria antes de emigrar de joven a EE.UU. para jugar a baloncesto. Ahora ha sido el arquitecto del triunfo de los Raptors, con apuestas fuertes, como traerse a Kawhi Leonard solo un año antes de convertirse en agente libre, y combinar jóvenes desconocidos como Fred VanVleet y Siakam con veteranos como Ibaka o Gasol.

La legión extranjera

El carácter internacional de los Raptors, es, al fin, una tendencia imparable en la NBA, aunque les pese a algunos. Casi el 25% de los jugadores de la liga ya son nacidos fuera de EE.UU. y no están calentando banquillo. El próximo 24 de junio se fallan los premios a los mejores jugadores de la liga y hay extranjeros entre los tres finalistas en todas las categorías: MVP (Giannis Antetokounmpo), «rookie» (Luka Doncic), sexto hombre (Domantas Sabonis), defensor (Rudy Gobert) y mayor progreso (Siakam). ¿Qué haría James Naismith, el creador del baloncesto, el único deporte puramente americano, si se levantara de su tumba? Probablemente, brindar por los Raptors. Él también era canadiense.

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