Las mentiras en contra de las vacunas abundan en internet, pero las redes ya se están defendiendo.

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Todo indica que la próxima gran batalla por la salud global se librará en internet.

“¿Quieres que tus hijos estén seguros? ¡Nosotros también! Descubre cómo criar a un niño sano sin vacunas”. En los espacios más insospechados, padres de familia pueden leer textos como estos, promocionados por sitios web en contra de la vacunación.

Más allá de testimonios y estudios que dicen respaldar sus pomposos titulares, nociones como que las vacunas provocan autismo o que vacunar equivale, de alguna manera, a envenenar a los menores han conseguido propagarse con éxito. La más ligera de las búsquedas basta para hallar etiquetas, fotos, videos, GIF, memes y todo tipo de contenidos que circulan en las redes.

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Esta causa la recoge el movimiento antivacunas, los denominados ‘anti-vaxers’. El término puede sonar nuevo, pero el movimiento nació a mediados del siglo XIX, cuando fue creada, en Inglaterra, la Liga Antivacunación Obligatoria. La llegada de la era digital solo ha aumentado su visibilidad y, por lo tanto, su número de adeptos.

Un nuevo ‘boom’

Con la llegada de Internet, ya no es necesario organizar una marcha para alcanzar visibilidad masiva y popularizar un tema. Esto nunca ha sido tan cierto como en el caso de los antivacunas.

Para Iván Felipe Gutiérrez, pediatra infectólogo y miembro de la Sociedad Colombiana de Pediatría, “ahora, para ser antivacunas no se necesita haber leído ni haberse documentado sobre el movimiento, solo basta con poner un comentario en una red social para causar un impacto dramático”.

Según Google Trends, el número de búsquedas del término ‘movimiento antivacunas’ se ha disparado en el mundo los últimos cuatro años. Colombia ocupa el quinto puesto en el planeta en cuanto al interés de búsquedas.

El infectólogo dice que el país también ha sido afectado por un mal manejo informativo del tema de vacunas en redes. Es probable que usted recuerde el caso de las niñas de El Carmen de Bolívar, quienes tras ser vacunadas contra el virus de papiloma humano, protagonizaron un sonado caso por una ola de desmayos. Gutiérrez apunta que después del episodio, Colombia dejó de ser un ejemplo a nivel mundial en cuanto al control del virus mediante la vacunación.

El aumento de la popularidad del movimiento antivacunas es más que una anécdota. Está relacionado de forma directa con la salud pública en países como Estados Unidos. Allí, las autoridades estiman que, a la fecha, hay más de 100.000 bebés sin vacunar, una cifra alarmante a la que no pocos ven tras el retorno de los casos de sarampión, un virus que había sido erradicado de ese país en el año 2000.

Ahora, para ser antivacunas no se necesita haber leído ni haberse documentado sobre el movimiento, solo basta con poner un comentario en una red social para causar un impacto dramático

Control en redes

Un aspecto que complica la respuesta a este fenómeno es que una mentira escandalosa se mueve más rápido y llega más lejos que una verdad aburrida. Un ejemplo de esto ocurrió en 2015, cuando el entonces aspirante a la presidencia de EE. UU. Donald Trump comenzó su respuesta a una pregunta sobre las vacunas con la frase “el autismo se ha convertido en una epidemia”.

El fragmento de su réplica, en la que, de hecho, afirmó estar de acuerdo con las vacunas, sirvió para respaldar una postura diametralmente opuesta.

Entidades de salud de América y Europa no han dudado en pedirles a empresas como Facebook, Twitter y YouTube controlar la desinformación al respecto. La respuesta de las redes tomó diferentes formas.

Instagram, por ejemplo, hizo una muy pública promesa de ser “radical” con los movimientos antivacunas. A comienzos de mayo, anunció que procedería a bloquear las etiquetas que difundan contenido erróneo sobre las vacunas y desinformen a los usuarios invitándolos a no vacunar a sus hijos. Eso llevó a que hoy sea difícil hallar contenido en búsquedas con etiquetas como #VacunasSonVeneno o #VacunasCausanSida

Por su parte, Twitter lanzó una herramienta que se activa cuando un usuario busca información relacionada con las vacunas. Antes de mostrar los resultados, aparece un aviso que proporciona a las personas un recurso de salud pública confiable. El nuevo indicador, asociado con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), ya se encuentra disponible en Colombia.

YouTube anunció este año que modificaría sus políticas para bloquear los videos que apoyen el movimiento antivacunas. Finalmente, Facebook anunció que modificó su algoritmo para dejar de recomendar a sus usuarios contenido que promueva el rechazo a las vacunas. Además de relegar este tipo de publicaciones en los resultados de las búsquedas dentro de la red, Facebook anunció que introducirá medidas para reducir contenidos falsos que provengan potencialmente del movimiento antivacunas.

LAURA FERNANDA TAMAYO
ESCUELA DE PERIODISMO MULTIMEDIA EL TIEMPO
Twitter: @Lftamayo_

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