Los líderes mundiales han llegado al centro de convenciones para sin rastro de protestas habituales en torno a este encuentro anual

Ni el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ni el de China, Xi Jiaoping, han dado muestras en la apertura de la Cumbre del G-20 en Osaka (Japón) de que vayan a alcanzar un acuerdo sobre la guerra comercial que ambas potencias mantienen abiertas desde hace varios meses con aranceles recíprocos sobre sus importaciones y amenazas de un recrudecimiento del conflicto. Ambos mandatarios no se han dirigido el saludo, al menos ante las cámaras, ni en la tradicional foto de familia con todos los líderes mundiales ni en el primer encuentro de la cumbre.

En esa instantánea, liderada por el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, el presidente norteamericano se ha situado a su derecha, con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, de por medio; mientras que el mandatario chino se ha colocado tres lugares a la izquierda de Abe, desplazándose del lugar inicial en el que le correspondía situarse. Mientras, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha ubicado al lado del mandatario egipcio, Abdelfatah Al-Sisi, por detrás del presidente brasileño, Jail Bolsonaro, y del presidente francés, Enmmanuel Macron. Los debates han comenzado con una primera reunión sobre la economía digital, que será seguida por la primera sesión de las discusiones formales de los líderes reunidos en un centro de convenciones de la bahía de Osaka.

Los máximos responasbles de los grandes países mundiales han comenzado a llegar al centro de convenciones Index de Osaka a primera hora de la mñana donde ha comenzado la primera de las dos jornadas de la Cumbre del G-20 marcada por el conflicto comercial que mantienen Estados Unidos y China desde hace varios meses.

Pedro Sánchez ha mantenido una reunión de coordinación con los líderes europeos antes del inicio de la cumbre. En ese encuentro, el presidente del Gobierno ha indicado que «nos une nuestra firme defensa del multilateralismo, el comercio internacional y la neutralidad climática en línea con el Acuerdo de París», según ha señalado a través de su cuenta en la red social Twitter. También han asistido la primera ministra saliente de Reino Unido, Theresa May, la canciller alemana, Angela Merkel, el primer ministro italiano, Giuseppe Conti, el holandés, Mark Rutte, y el presidente francés, Emmanuel Macron. En la reunión también se encontraban el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

España participa en este G-20 como país invitado, tal y como viene ocurriendo desde el año 2008. Además de los encuentros con los líderes mundiales, Pedro Sánchez intervendrá hoy en la sesión sobre 'Digitalización e Innovación' y lo hará también mañana sábado en la de 'Cambio Climático, Medio Ambiente y Energía'.

La llegada de los presidentes se ha llevado a cabo entre fuertes medidas de seguridad en un recinto apartado del centro de la ciudad nipona, aunque al contrario de lo que ocurre en otras ocasiones, no se atisba ningún disturbio provocado por las protestas de los grupos antisistema que habitualmente se desplazan hasta los lugares donde tiene lugar el G-20.

En el Intex de Osaka ya se encuentran, entre otros, la canciller alemana, Angela Merkel, quien se ha desplazado hasta Japón después de sufrir por segunda vez el episodio de temblores que ya le afectó hace dos semanas en otro acto oficial.

La recepción de los asistentes al G-20 viene marcada por las declaraciones realizadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acerca de la guerra comercial que mantiene ese país con China desde principios de año. El mandatario norteamericano avivó el fuego, poco antes de iniciar su vuelo hasta el país nipón, al apuntar que «la economía china se está yendo abajo, quieren un trato». Y volvió amenazar con que «hay otros 325.000 millones a los que todavía no hemos impuesto, están maduros para ponérselos y aplicarles aranceles», comentó en una entrevista televisiva.

 No es la mejor carta de presentación de una cumbre que tendrá todas las miradas puestas en Trump y en el presidente de China, Ji Xinping. Su ministro de Exteriores enfatizó que «lanzar una guerra comercial, imponer aranceles, dañar a los demás y a sí mismo no resolverá el problema». De hecho, y a pesar de estas declaraciones altisonantes, entre bambalinas se puede estar trabajando en un principio de acuerdo para pactar una tregua en su disputa comercial, justo antes de que comience la reunión que ambos dirigentes mantendrán el próximo sábado dentro de las rondas bilaterales. Así lo ha indicado el diario chino South China Morning Post, que apunta que ese pacto se aplazaría durante seis meses la nueva ronda de aranceles estadounidense sobre productos que le llegan del principal mercado asiático.

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