Raúl Bravo y Aranda, a su salida de la cárcel de Zuera – Operación Oikos, sumario

La Policía detalla en sus informes los tres niveles en los que se estructuraba la red dirigida por Aranda y Raúl Bravo

La Policía asegura en sus informes que la trama de los amaños en el fútbol funcionaba como una organización criminal. Y como tal cada uno cumplía un rol y se repartían las tareas de manera clara. El exjugador malagueño Carlos Aranda y el exmadridista Raúl Bravo están en la cúspide, como informó ABC, mientras que el actual jugador del Depor Íñigo López; el presidente del Huesca, Agustín Lasaosa, y el italiano afincado en Málaga Mattia Mariotti(Aranda quería entrar en la Serie A italiana a través de él) estarían en los escalones intermedios al menos en una parte de la operación.

«Se ha podido constatar que la corrupción deportiva dentro de la S.D. Huesca alcanza a gran parte de su cúpula directiva, entre ellos su presidente Agustín Lasaosa», señalan los investigadores en uno de los informes entregados al juez instructor. Aseguran que los amaños del Huesca en la temporada 2017-2018 eran conocidos por gran parte de la plantilla, «que aun contrarios a dicha corrupción, no parece que se opusieran frontalmente».

La distribución de roles y tareas fijada por los investigadores de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) es la siguiente. Los líderes son Aranda y Bravo, encargados de captar jugadores normalmente profesionales, a los que encargarían buscar los mejores tratos para predeterminar resultados de partidos de fútbol principalmente. Son ellos además quienes aportan el dinero para la compra de jugadores. En el caso de Aranda otros informes lo vinculan de forma rotunda con el tráfico de drogas (hachís y cocaína) y con el blanqueo de dinero a través de las dos casas de apuestas que controlaba en Málaga.

Doble influencia

En el escalón medio sitúan a Íñigo López, Carlos Caballero, jugador del Fuenlabrada y Samuel Sáiz, del Getafe. Ellos tres, según la Policía, serían los encargados de buscar jugadores a los que corromper y aparecen además como el nexo de unión con los cabecillas. Respecto a López afirman que al ser jugador en activo y profesional tiene mayor facilidad para influir en otros futbolistas y ponen como ejemplo su paso por el Huesca, donde consiguió influir no solo en los jugadores, sino también en la directiva del club.

La tercera pata serían lo que llaman los investigadores «objetivos corrompidos». Son los ejecutores directos de los amaños de los partidos y los principales responsables de que se cierren los tratos. Cobran a los líderes en función de varios factores, sobre todo dependiendo de la Liga en la que estén jugando y, por tanto, del beneficio que depare a la organización. En este escalón sitúan a Agustín Lasaosa, Juan Carlos Galindo (jefe de los servicios médicos del Huesca), Emilio Vega (director deportivo del equipo) y los jugadores Borja Fernández (excapitán del Valladolid) y Carlos Martín Briones. De los tres partidos en los que se ha comprobado el amaño -se han investigado muchos otros- el más relevante es el Valladolid-Valencia. En el citado informe queda claro que al menos habría intervenido en el soborno Borja Fernández, pero los investigadores añaden que el pacto se cumplió con «la ayuda de jugadores del Valladolid», dejando la puerta abierta a otras imputaciones.

Un ejemplo de otros posibles pactos aparece en una escucha entre López y Bravo. El primero había enviado a su hermano a recoger un teléfono encriptado que le tenía que dar Carlos Caballero en Madrid para llevárselo a Huesca y así contactar con el cabecilla. La primera conversación que creen segura fue para materializar un posible amaño, en concreto el del fin de semana del 19 de mayo de 2018, que correspondería al partido entre el Lugo y el Huesca (21 de mayo): «Bicho hay que echar un torneo de fifa en breve», dice López. «Pero ahora es imposible cabrón la gente está muy liada», responde Bravo. «Avísame que tenemos torneo de fifa el finde del 19», le dice Íñigo tras advertirle que ya tiene «la play».

El Huesca, utilizado

Respecto a Lasaosa y Galindo, alias «Doki», los agentes destacan del primero que habría usado al Huesca para manipular resultados para su propio beneficio y el de varios jugadores. Tras las amenazas de «los malos», Aranda y Bravo a los que supuestamente debía cien mil euros al parecer por algún amaño fallido, el presidente del Huesca le sugiere a López que habría que contactar «con el pirata de Almendralejo» para darles trabajo a quienes le estaban acosando. Se refieren, según la Policía, al presidente de la UD Extremadura, Luis Oliver, con el que habían tratado por el fichaje de Enric Gallego. «Doki» era conocedor y estaba involucrado en los tejemanejes del equipo, explican los agentes, tal y como aparece en las conversaciones.

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