Danielle Collins – Tenis | Abierto de Australia

La estadounidense se cuela entre las cuatro mejores del Abierto de Australia con apenas dos años en el circuito profesional

Mientras unos ganan sus primeros títulos nada más cumplir los veinte años, Danielle Collins tuvo que dedicarse a competir en el circuito universitario mientras compaginaba estudios en la Universidad de Virginia (Estudios de Medios y un Master en Negocios) con el tenis. La carrera profesional de un tenista es caro y su familia no podía costeárselo a pesar de la que hija era una promesa con ambición y lideraba el circuito júnior con 16 años.

Pero Collins supo tener paciencia, ganar en los torneos universitarios (NCAA) en dos ocasiones (2014 y 2015), mejorar su tenis y aguardar su oportunidad. Incluso declinó un contrato después de participar con invitación en el US Open, y con un cheque de 34.000 euros, para no perjudicar su carrera deportiva en la Universidad, pues se les castiga sin la beca si firman cualquier acuerdo profesional.

Nacida en Florida el 13 de diciembre de 1993, se ha curtido en los torneos universitarios, donde apenas hay recogepelotas ni mucho menos silencio en las pistas. Por eso destaca por su tenis agresivo y sin miedo. «Mi padre tiene ochenta años y todavía va a trabajar cada día. Es el trabajador más duro que conozco», reconoce de quién saca las fuerzas para seguir adelante.

«Creo que no ser una superestrella siendo joven te hace ser más humilde y me ha hecho trabajar más por las cosas. Tenía talento, pero quizá no el nivel de otros jugadores de mi edad. No he sido una niña prodigio, he ido por un camino diferente. No era muy realista ser profesional con 14, 15 o 16 años. Optar por la universidad fue crucial para mi desarrollo. Creo que me hizo tener más hambre», explicaba sobre su decisión.

Después de celebrar su graduación, con un plan B que asegurara su futuro, se centró en el tenis. Es profesional desde hace dos años y, con 25, está en la primera semifinal de un Grand Slam de su vida. De hecho, ha ganado más partidos de un «grande» en Australia, que en toda su carrera anterior. Los cinco precedentes, uno en Roland Garros, uno en Wimbledon y tres en el US Open, se saldaron con derrota y hoy se enfrenta a Petra Kvitova después de ganar a pesos pesados como Julia Goerges, Caroline García, Angelique Kerber y Anastasia Pavlyuchenkova.

Aunque nadie de su familia dudaba de que podría hacerse un hueco grande en el tenis nadie viajó con ella a Australia, una muestra más de la dificultad económica de este deporte. Solo cuando ganó a Angelique Kerber, su prima Ana Chisholm se sacó un billete para acompañarla en estas rondas finales.

Ya apuntaba maneras en este pasado 2018, pues llegó a cuarta ronda en Indian Wells y a las semifinales del Masters 1.000 de Miami derrotando en el camino a Venus Williams. En solo un curso, se plantó entre las 200 del ranking. Hoy es la número 35, saldrá de Australia dentro de las 25 primeras y reta al futuro.

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