ATP | Abierto de México

El torneo, que para 2021 tendrá unas instalaciones nuevas, es uno de los preferidos para el vestuario y aspira a dar el salto para ser un Masters 1.000

«Buen sitio este, ¿eh?», comenta Feliciano López, que apura sus días tenista todavía en activo y que ya es director del Mutua Madrid Open. Habla de Acapulco y de su Abierto Mexicano, un pequeño paraíso en el calendario que se ha establecido como una plaza fija, torneo mixto que ahora se juega en pista rápida y que encanta al vestuario. Antes, era una parada obligatoria en la gira americana por la tierra, pero ahora es mucho más que eso, un evento con pedigrí que aspira a dar el salto y subir de categoría. Interés y cariño por crecer no les falta a los organizadores, que esta misma semana anunciaron para 2021 un nuevo estadio (9.731 butacas) dentro de lo que se llamará Complejo Tenístico Mundo Imperial gracias a una inversión de más de 8 millones de dólares.

«Sin duda, un diferenciador del torneo es que siendo una jornada laboral y escolar, se habrá dado cuenta de que hay muchos niños y muchas familias completos», explica Raúl Zurtuza, director del torneo que habla entusiasmado por cómo ha crecido la criatura. « Es una semana que el público y ha agarrado en la agenda y se pide vacaciones o, como se dice aquí, para volarse la escuela y pasar un buen tiempo acá. El hecho de tener el estadio tan cerca del hotel permite que la gente venga y el público, a pesar de que no tenemos desafortunadamente a un tenista mexicano, se entrega. A los jugadores les gusta esta admiración, la playa… Es un ambiente muy propicio».

Lo dice con toda la razón del mundo. Del hotel Princess Mundo Imperial, que es donde se quedan todos los jugadores, al recinto no hay más que un paseo de cinco minutos, puede que menos según el paso, y eso es una bendición para los deportistas y también para los aficionados que estos días ocupan todas las habitaciones al completo. Se mezclan atletas que desfilan con sus raqueteros y seguidores que aprovechan para pasar unos días de playa, relax y tenis, combinación perfecta. «Ha sido un éxito la implicación del público. A los jugadores eso les gusta, cómo les reciben, los autógrafos… El torneo ha funcionado muy bien, vamos a cumplir 26 años, 19 en Acapulco, y esto está a 45 minutos de la Ciudad de México».

Este ha sido un torneo con acento español, pues a los tenistas nacionales les encanta y han dominado el palmarés en los últimos años. David Ferrer, un héroe aquí, ha ganado cuatro veces, mientras que Rafael Nadal lo ha hecho en dos ocasiones. «Hay tres temas importantes. Tenemos muy claro lo relevante que es el jugador. También está el público. Y los detalles pequeños son fundamentales. Celebramos textualmente bien esta famosa frase de la hospitalidad mexicana. Queremos que los jugadores se sientan como en casa. Hay infinidad de kilómetros por recorrer para así mejorar, pero los promotores del torneo son los jugadores».

Llama muchísimo la atención la repercusión que tiene en un país en el que su primer jugador es el 452 de la ATP (Manuel Sánchez) y la mejor jugadora, Renata Zaratuza, es la 242 de la WTA. «El torneo está instaurado en la sociedad. Los medios han ayudado mucho al progreso y al aumento del torneo. Está el grupo Pegaso como cimiento de este evento. El señor Burillo (dueño del torneo y presidente del grupo Pegaso) ha tenido equipos de fútbol, ha estado metido en el pádel y el tenis ha sido una apuesta importante. Fue socio fundador hasta que después lo compró. El torneo va muy bien. Me atrevería a decir que si hay un ranking de activación de patrocinio, estaríamos en el top 5, fácil. Los medios ha generado expectativas, lo cubren, el evento en sí ha despertado mucho interés. Tanto que tuvimos la necesidad de sacar a la venta los boletos, el 14 de septiembre, sin anunciar a ningún jugador. Cuando anunciamos a Rafa y a otros, en noviembre, ya habíamos vendido cerca del 60%. Y para Navidad nos pusimos en el 90%. El público le tiene fe a este evento», recuerda Zurutuza.

Crecer de categoría

La tiene sin la necesidad de una estrella local porque aquí se disfruta del tenis como tal y del evento, que a partir del jueves se convierte en una especie de pasarela a la que acuden todos los famosos y personalidades varias de la alta sociedad. «Hay una cultura de tenis importante en el país. Hay tenis desde 1890 y pico. Luego tuvimos dos grandes tenistas, Rafael «el Pelón» Osuna y Raúl Ramírez, número cuatro en singles y luego número uno en dobles. Pasamos por un bajón, pero no tanto, pues tuvimos jugadores que eran 34 o 35 del mundo. Y eso ha generado mucha cultura. Pero nos falta una superestrella, aunque estaría feliz con un top 100. Hay necesidad, para este torneo estaría muy bien tenerlo, pero no es una exigencia. Ahora juega Renata Zarazua y no la pudimos poner a jugar en el Grand Stand, pero va a generar un problema porque no cabrá todo el mundo en la cancha 2. Tenemos a una afición muy leal por el evento», apunta el director.

Puestos a pensar a lo grande, Zurutuza habla en voz alta de un deseo que le invade. «Mi sueño es llegar a ser como un Masters 1.000, también con el cuadro de la WTA. Es el mío y el de todos. Las condiciones están ahí. Si ahora me dicen que tenemos que cubrir a Indian Wells porque la semana que viene se cae, habría detalles puntuales como tener tres canchas más, 2.000 butacas más en el estadio o mejorar los vestuarios, pero estamos cerca operativamente hablando. Hay nueve coches, nueve pilotos. Si se baja un piloto, estamos preparados para ponernos a manejar. Latinoamérica se merece un Masters 1.000. Tenemos historia suficiente como para optar, estamos listos». Con las reformas, que finalizarán en 2020 para que la nueva instalación sea útil a partir de 2021, Acapulco está en la rampa de salida hacia el cielo.

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