Un bebé lactando de la fuente habitual.

La lactancia por la vulva es algo extremadamente infrecuente, pero existen más casos en la literatura médica. 

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Durante el embarazo, es habitual que una mujer experimente diversos cambios a nivel físico, desde aumento de peso en forma de grasa o retención de líquidos, hasta cambios en el tamaño de los senos durante y después del embarazo. Los múltiples cambios hormonales que se producen en esta época son culpables de todo ello.

Sin embargo, existen casos muy poco usuales, donde las variaciones en el aspecto físico pueden ser casi imposibles. Y sin embargo, suceden.

Es lo que le sucedió a una mujer 29 años de Austria, la cual no solo sufrió los típicos y conocidos cambios de aspecto ligados al embarazo, sino una variación más: empezó a lactar desde su vulva tras el parto.

Un caso extraño pero no imposible

El estudio donde se describe el caso fue publicado recientemente en Obstetrics & Gynecology. En la revista se cuenta que la mujer había dado a luz recientemente a su segundo hijo cuando empezó a sufrir un intenso dolor en el lado derecho de su vulva. Al ser examinada, los médicos detectaron hinchazón en esa área, donde había recibido suturas tras el parto; por ello, pensaron que era un absceso o sobreinfección de la zona, y lo trataron con antibióticos.

Sin embargo, el caso era mucho más raro, dado que la mujer afirmaba que a los cuatro días de dar a luz sufrió una inflamación de ambos lados de la vulva, a la vez que secretaba un «líquido blanco lechoso» desde la misma. De hecho, en el primer embarazo había sufrido una hinchazón similar en su vulva.

La sospecha de los médicos fue que la mujer tenía un tejido mamario ectópico, es decir, tejido mamario que se encuentra en un lugar diferente a los senos. Y en este caso, ese tejido era capaz de secretar leche materna.

Las sospechas se confirmaron cuando le realizaron a la paciente una ecografía de la zona, identificando el tejido mamario lactante en la vulva. El lado derecho de la vulva estaba más hinchado y producía dolor porque las suturas que le realizaron a la paciente tras el parto cubrían un «conducto excretor» de leche. Al retirar dichas suturas, el dolor cesó de inmediato.

Según Richard Mayer, el médico del Departamento de Ginecología, Obstetricia y Endocrinología Ginecológica del Hospital Universitario Kepler de Austria que atendió a la mujer, este era el primer caso que veía en su vida. Sin embargo, según el mismo informe del caso, se sabe que entre un 1% y un 5% de las mujeres nacen con tejido mamario ectópico o «accesorio», aunque es muy raro encontrar dicho tejido en la vulva como en este caso. De hecho, la zona más común donde se acaba alojando este tejido es en la axila, cercano a los senos, e incluso se ha encontrado tejido que asocia pezones o aureola alrededor.

Es más fácil de diagnosticar justo en el embarazo, según Mayer, o bien si el tejido se vuelve canceroso.

No existen pautas específicas para tratar la aparición de este tipo de tejido, aunque puede eliminarse debido a su aspecto o las molestias que pueda causar, como ya sugirió un artículo publicado en la revista American Journal of Roentgenology en 2014.

En este caso en concreto, tanto el dolor como la hinchazón y la secreción de leche cesaron a las dos semanas, y pudo continuar con la lactancia materna habitual sin complicaciones. Sin embargo, se suele recomendar la extracción del tejido mediante cirugía, por el riesgo de que pueda volverse canceroso.

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