• El triunfo de Vox en las elecciones generales ha puesto el foco en un municipio que tiene una población extranjera de casi el 30%
  • Los inmigrantes son la mayor parte de la mano de obra de las explotaciones agrarias que son la base de su economía

La mayor parte de la población extranjera de Torre-Pacheco trabaja en el campo RNE

Con este panorama –dentro y fuera de Torre-Pacheco- se ha interpretado que detrás del triunfo de Vox en las elecciones generales hay que buscar un rechazo a la inmigración.

Se pueden apuntar otros factores, como la incertidumbre respecto al trasvase del Tajo que es clave para la economía de todo el Campo de Cartagena. O, también, una creciente debilidad del PP, zarandeado por casos de corrupción, deserciones y crisis de liderazgo.

Seguramente se trata de causas múltiples y complejas y la explicación final está por escribir, pero el runrún que apunta a los inmigrantes corre por el pueblo. Y señala, además, a un repunte de los robos en negocios y viviendas.

Baja criminalidad

Corre el runrún pero también lo hacen los argumentos en contra. El alcalde, Antonio León, del Partido Independiente -que ha gobernado en alianza con los socialistas- y los directivos de la Fundación Cepaim que apoya a inmigrantes y refugiados, saltan de inmediato.

Antonio León, alcalde de Torre-Pacheco RNE

Cada uno por su lado, argumentan estadísticas en mano: la tasa de delitos en Torre-Pacheco está por debajo de la española y, además, se ha reducido. Solo ha habido un repunte de robos en el mes de abril.

En la calle, esperando a las puertas de una autoescuela, encontramos a Yassim, estudiante de FP de 18 años que lleva aquí desde los tres meses. No sabe de estadísticas pero enseguida se muestra contrariado por el triunfo de Vox.

Dice que no tiene miedo sino rabia, le parece que si Vox quedó el primero es “porque tienen algo contra los inmigrantes”. Yassim cuenta que él nunca ha sentido rechazo por su origen marroquí, pero que ve que no se trata a todos igual.

Muy cerca de allí, en la sede local de Vox, el candidato a la alcaldía, José Garre, niega que haya racismo, niega cualquier rechazo a los inmigrantes y defiende la integración. Pero añade que “el problema es que hay muchos inmigrantes que están en la calle sin hacer nada en todo el día” y que la gente piensa que si están sin hacer nada al final se buscan la vida con la delincuencia, con “pequeños hurtos, menudeo de droga, asaltos a las viviendas, asaltos a los comercios”.

José Garre, candidato de Vox a la alcaldía de Torre-Pacheco RNE

La seguridad ciudadana y el miedo a los robos es un problema que también está en la calle. La Delegación del Gobierno reconoce que los robos repuntaron en el mes de abril en algunas pedanías pachequeras y las asociaciones de vecinos temen que pueda volver la oleada que sufrieron entre 2015 y 2016.

Su portavoz, Antonio Martínez conocido como 'El Cañabate' reclama más efectivos de la Guardia Civil y medidas para frenar a los menores de los que asegura que se sirven las bandas organizadas para lograr la impunidad. Sin embargo, rechaza que haya que culpar a ningún grupo social. Sostiene que hay “mucha gente implicada, española y gente inmigrante, una parte del colectivo inmigrante más los españoles que están ‘desoficiaos’ y ven la vida fácil”.

La mano de obra inmigrante, imprescidible

En Torre-Pacheco nadie lanza un discurso antiinmigración explícito. Todo el mundo, desde el presidente de la organización agraria COAG en Torre-Pacheco, Juan Luis Garre, a Fran, el joven parroquiano al que encontramos en un bar, cuenta lo mismo: la floreciente agricultura de la zona no puede prescindir de la mano de obra inmigrante.

A pesar de su número incluso es escasa en momentos como este en el que se juntan la cosecha de patata, el pimiento de invernadero y los primeros melones. Los inmigrantes son necesarios y, además, están asentados en Torre-Pacheco y en todo el Campo de Cartagena desde hace décadas sin que haya habido conflictos.

Sin embargo, el runrún es audible. Dicen en la fundación Cepaim que hay un miedo creado, alentado por interese políticos.

Un rechazo contra el que se revuelve, por ejemplo, José García, director del CEIP 'Hernández Ardieta' que tiene entre sus alumnos un 65% de origen extranjero. Lamenta que haya gente “que tiene aquí empresas, que tiene negocios, que tiene explotaciones agrícolas, que sí quiere a los inmigrantes para su trabajo, pero luego no los quieren ver ni en el médico ni en el colegio ni en la calle”.

El runrún acaba revelando una integración cierta pero imperfecta y contradictoria, plagada de miedos cruzados al otro. Unos tienen miedo a los que vienen de fuera. Otros, como nos cuenta el mediador Errais Najib, porque sus hijos puedan perder su cultura, su identidad o su religión.

Él, con un acento marroquí que da carácter al vocabulario murciano defiende que “estos críos han nacido aquí, están estudiando aquí y se sienten españoles. No hay que limitarlos. Déjales que se relacionen y que no sienta que son inmigrantes”.

En Torre-Pacheco encontramos miedos pero también el contraste, palabas y rostros que hablan de integración y de amistad entre gente diferente. En un perfecto castellano, Loubna Hamdai una mediadora intercultural de 26 años que lleva catorce en España explica como un suerte y una oportunidad que sin salir del pueblo pueda tener amigos de otros países y de otras culturas. Dice que “otro mundo es posible” y que, a diferencia de sus padres, en su generación lo tienen más fácil. Confianza en la integración a pesar del runrún de miedos cruzados.

Loubna Hamdai, mediadora intercultural de Torre-Pacheco RNE

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