Raquel Pina (Sevilla), Erika Vázquez (Athletic), Anair Lomba (Valencia) y Paloma Fernández (Espanyol)Fútbol femenino

El presidente de LaLiga carga contra el nuevo formato que quiere imponer la Federación

El presidente de LaLiga, Javier Tebas, explicó en el IV Congreso de Fútbol Femenino #HablamosDeLoMismo cómo tres clubes fueron a su despacho, hace cuatro años, para plantar la semilla de lo que hoy es la Liga Iberdrola de fútbol. Pero con vistas al futuro, Tebas critió la postura de la Federación, de querer imponer un nuevo formato que puede «amenazar el futuro del fútbol femenino». «No me gusta la palabra explosión porque algo explota y luego qué. Tenemos que seguir trabajando en el día a día para darle continuidad a lo que pasó el otro día en el Wanda, para subir el valor de la competición y para que las jugadoras sean verdaderamente profesionales. Si nos quedamos en lo puntual, fracasaremos. Y ahora mismo vivimos momentos que me preocupan», comentó.

Tebas fue de nuevo crítico con la dirección de Luis Rubiales como presidente de la Federación, a quien acusa de que no ha tenido en cuenta a jugadoras ni a clubes para lanzar una nueva competición que, por el momento, deja en incertidumbre la próxima temporada. «¿Cuántos clubes van a tomar esa decisión? ¿Cuántas futbolistas? ¿No debería ser un consenso de los clubes? ¿Va a decidir el futuro del fútbol femenino una asamblea en la que hay gente que a lo mejor no ha visto nunca un partido de fútbol femenino? Esto puede hacer peligrar esta explosión: porque los patrocinadores y la televisión quieren objetivos y continuidad».

En el mismo sentido se pronunciaron jugadoras que participaron en el acto, subrayando la importancia de que no se pierda de vista todo lo que ha costado conseguir lo que se tiene para que no se rompa y se vuelva a empezar de cero. «Hace nada no teníamos ni servicios médicos ni césped natural ni nada. Lo que menos nos interesa son las fracturas. Hay que saber todo lo que ha costado llegar hasta aquí y valorarlo, erspetarlo y ayudar a que siga mejorando», indicó Ruth García, jugadora del Levante. Raquel Pinel ha visto con asombro el salto evolutivo que ha dado su deporte y del que ahora disfruta en el Sevilla. «Yo dejé la máxima categoría hace años porque no creía en esa liga, no evolucionaba y veías cualquier mejoría como algo muy lejano. Pero he tenido la suerte de que me repescaran y ha sido un redebut. Ahora es un lujo en comparación a hace cuatro años».

También Maider Castillo, exfutbolista y ahora responsable de la sección femenina del Levante, se pronunció en esa línea: «Necesitamos llegar a conseguir las cuarenta horas semanales, los salarios y las condiciones sin depender de que el presidente de turno ponga o no dinero. Sabemos que no queremos lo mismo que los chicos, somos las primeras conscientes de lo que podemos pedir y lo que no. Por eso hay que seguir. Conseguir lo que tenemos en cuatro años es una barbaridad. Me gustaría tener 20 años menos para poder disfrutarlo, es una envidia sana. ¿Por qué cambiar algo que vemos que ha funcionado?».

Anair Lomba, del Valencia, fue todavía más clara y contundente: «Es una locura poner el futuro de tu profesión en manos de quien no te conoce. Es una cuestión de egos justo cuando hay dinero. Ha llegado el dinero y el fútbol ha empezado a contaminarse y a ir por unos caminos que a nosotras no nos convienen». Por eso, tanto Tebas como las jugadoras, exigen la estabilidad, para que se lleve a buen puerto el convenio colectivo, paralizado ante la incertidumbre de quién gestionará los ingresos de los clubes, y bases para sentirse protegidas y profesionales.

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