José Ramón Sandoval, uno de los entrenadores destituidos esta temporadaFútbol

La categoría de plata del fútbol español resulta cada temporada más exigente y ocho clubes ya han destituido a sus técnicos

El protocolo no escrito se repite en los clubes. Frío comunicado anunciando el despido y palmada en la espalda al entrenador de turno con palabras de agradecimiento por los servicios prestados, ritual que continúa horas después con una presentación mediática del sustituto. El aficionado español se ha acostumbrado a que los relevos en los banquillos se sucedan a lo largo de la Liga, pero la Segunda división ha sorprendido porque ha sufrido su inicio de temporada más convulso. En las primeras 14 jornadas (se está disputando la 16), ocho clubes cambiaron de técnico, una cifra que asusta porque jamás se había visto a esas alturas del campeonato. José Ángel López debutaba con triunfo del Sporting en Almería, pero el estreno de Paco Herrera con Las Palmas y de Curro Torres con el Córdoba terminaba en derrota. Eran los tres últimos en llegar a los banquillos de plata, pero la amenaza continúa en una competición cada vez más exigente.

«Se sabía que este año, por los equipos que hay en la competición, la Segunda división iba a ser muy dura, pero creo que son demasiados despidos para las jornadas que se han disputado». Nano Rivas conoce el amargor de la destitución porque la pasada campaña dirigió al Nástic hasta que la directiva recurrió a ese habitual protocolo para comunicar su despido después de 15 partidos. Hace solo unos días hacía las maletas y emigraba a la Segunda división belga para dirigir al Roeselare. «Acabo de llegar, pero, empezando por el formato, es un torneo muy diferente al español», explica a ABC desde Bélgica. También el nivel de exigencia. «Es una realidad objetiva, por el nivel de los equipos, que la Segunda española es una categoría cada vez más igualada. Hay demasiados equipos que se marcan el objetivo de subir», añade Nano. Una exigencia que desemboca en prisas, nervios, presión y despidos, hasta ocho esta temporada.

La caja de los truenos se abrió con la destitución de Joseba Etxeberría en el Tenerife, al término de la quinta jornada. En esta isla juega el hijo de Luis Milla, exseleccionador sub 21 de España y antiguo técnico de equipos de plata como el Lugo y el Real Zaragoza. «El problema que existe en esta categoría, además de la igualdad, es que hay muchos clubes presidencialistas, dirigentes que no tienen paciencia y que cuando las cosas no van bien tiran del recurso fácil del cambio de entrenador», explica Milla. Para él, una decisión equivocada porque «no garantiza el resultado». «Solo hay que fijarse en los clubes que han subido los últimos años, como Girona, Leganés o Huesca, que siempre demostraron paciencia con sus entrenadores».

Como Nano, Milla destaca la igualdad, pero no se sorprende por la cantidad de despidos. «De los 22 clubes de la categoría, 14 empezaron el curso pensando en subir debido a su plantilla, potencial, historia y afición. Pero en el fútbol, la paciencia y saber valorar el trabajo también son fundamentales para poder conseguir éxitos».

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