José Javierre (izq) y Vicente Blanco (der), los dos primeros españoles del Tour – Tour de Francia

Hasta 2004 se creyó que el vasco había sido el primer español en el Tour, pero en realidad hubo otro que lo corrió antes

Durante años se pensó que Vicente Blanco, más conocido como el «cojo», había sido el primer español que había corrido el Tour de Francia allá por 1910, aunque en realidad fue otro ciclista aragonés el que debe ostentar ese honor, pues aparece en los libros de la ronda francesa un año antes.

No fue hasta 2004 cuando la leyenda del «cojo» se vino abajo, aunque su historia de superación sigue mereciendo un capítulo. Ese año se desveló en la revista belga «Coups de Pédales» (Pedaladas) que en realidad el primer español que corrió el Tour de Francia fue José Javierre, que lo hizo con el nombre galo –Joseph Habierre– que había adoptado tras marcharse exiliado cuando era un niño.

Javierre nació en Jaca en 1888, donde vivió hasta los cuatro años. Entonces, tras quedarse viuda, su madre decidió cruzar la frontera con Francia y establecerse junto a sus cinco hijos en Lescar. Allí, el pequeño José empezó a llamarse Joseph y la J de su apellido tornó en una H: «Habierre».

Aficionado a la bicicleta desde muy joven, a los 21 años se apuntó al Tour de Francia, acabando el 17 en su estreno. Aunque ya estaba totalmente afrancesado, José seguía siendo español, nacionalidad a la que no renunció hasta 1915.

Al año siguiente, Habierre volvió a disputar la ronda y terminó algo más lejos en la general (24º). En ese Tour coincidió con Vicente Blanco, aunque ninguno de los dos imaginaba que casi un siglo después sus nombres iban a estar unidos para siempre como parte de la historia del ciclismo español.

A París, en bicicleta

En ese Tour de 1910 tanto Habierre como Blanco tomaron la salida, aunque el segundo no pudo terminar ni la primera etapa. El vasco había pedaleado desde Bilbao hasta París para disputar la carrera. Llegó a la capital gala el 2 de julio, unas horas antes de la salida. En sus piernas estaban ya los 1.100 kilómetros que separaban su casa de los Campos Elíseos. Distancia que había recorrido en apenas cinco días.

Sin apenas dinero, con la sola compañía de su bicicleta, su maillot

«Vicente Blanco era cojo de los dos pies, pero volaba sobre su bicicleta. La había rescatado de la Ría, donde trabajaba de batelero»

de lana y un zurrón con algo de comida y dinero, Blanco había atravesado media Europa para disputar aquella carrera en la que, según había leído, «el corredor sale solo a la aventura».

La suya acabó en la primera etapa porque las fuerzas no le dieron para más. No pudo con «con aquellas fieras bien alimentadas» y tuvo que retirarse a las primeras de cambio. Eso no le impidió volver a casa como un héroe.

Cojo de los dos pies

Blanco era muy querido en su ciudad, donde le habían visto crecer y superarse ante las adversidades. De hecho, era un milagro verle correr tan rápido con la bicicleta, pues cuando se bajaba de ella apenas podía caminar. El vasco era cojo de las dos piernas. Un accidente laboral le había hecho perder un pie y le había dañado los nervios del otro. Eso no era un problema para él, cuya afición al ciclismo superaba todos los límites.

Sobre la bicicleta se sentía libre. La suya, la había descubierto en la Ría, mientras trabajaba como batelero. La había rescatado del agua y la había arreglado. Con ella ganó dos campeonatos de España (1908 y 1909) y sobre ella llegó hasta París para intentar el asalto al Tour. No lo logró, pero sí que inscribió su nombre en la ronda gala.

Murió en 1957 en Bilbao, pero quedó para siempre en la historia del ciclismo como el primer español en el Tour… hasta que apareció Habierre. El aragonés afrancesado que acabó con su leyenda.

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