Simeone se marchó cariacontecido de Turín –

La eliminación del Atlético en la Champions no cambiará el estilo y el mando de Simeone

Cada vez que el Atlético pierde o se despide en alguna competición, surge un debate recurrente: el estilo. La eliminación ante la Juventus y su emblema Cristiano Ronaldo genera dolor en el club colchonero, pero nadie espera una revolución, cambios drásticos de cromos, limpia en el vestuario y, mucho menos, un cambio de entrenador. En el Atlético manda Simeone, recién renovado hasta 2022 con sueldo galáctico (el vox populi habla de una cifra entre 15 y 20 millones), y esa estabilidad del banquillo que afecta a lo institucional no se cuestiona.

En el Juventus Stadium, el Atlético se empleó como acostumbra, sin abandonar un milímetro la senda marcada desde hace siete años y medio por el Cholo. Un equipo aguerrido, defensivo y de salida al contragolpe. Sucedió que ante Cristiano, no fue ni brioso, ni solvente defensivamente ni provocó situaciones de gol cuando necesitaba un tanto para garantizar su pase a cuartos de final. Un Atlético irreconocible, sin alma, sin sus señas de identidad. Lo que tantas veces salió bien, una defensa sin cuartear, se resquebrajó esta vez ante Cristiano Ronaldo.

Jugadores menos aguerridos

«No pudimos encontrar pasajes que nos alejaran del agobio», señaló Simeone en referencia a la ausencia de un ataque potable por parte del Atlético. No solo fue la sensación de impotencia con el balón, sino la fragilidad defensiva, sobre todo por las bandas, donde la Juventus impuso superioridad. Por una vez, la tropa del Cholo fue débil en la faceta que mejor domina.

Uno de los detalles más llamativos de esta temporada es la evolución de la plantilla. Se ha pasado del aspecto rocoso, con Gabi al frente, a un equipo más sutil y dotado para combinar, con los fichajes de Rodrigo o Lemar. Desde que llegó Simeone al club hubo una guardia pretoriana que interpretó a la perfección el estilo del cholismo. Gabi, Godín, Juanfran, Raúl García, Diego Costa… Jugadores de pierna, potencia, salto, brega… Lo que hay ahora es otro tipo de futbolista, la distribución de Rodrigo, la conducción de Lemar, la zurda fácil de Griezmann, la finura de Vitolo, el caracoleo de Correa. Da la impresión de que con jugadores menos ardorosos, el Atlético no consigue conectar con las directrices de Simeone. Como si el cholismo solo se pudiera interpretar a partir de los arreones en la presión de Gabi, ahora en Qatar.

En una noche como la del martes, un jugador queda señalado. Griezmann no compareció en Turín. Sin peso en el partido, sin liderar el juego en torno a él, sin una ocasión para marcar… La dirigencia del club ha construido este equipo a partir de la renovación millonaria de Griezmann (en torno a 23 millones) y se espera de él que aparezca siempre en los grandes partidos. Lo hizo en la final de la Europa League en Lyon y salvó al equipo ante el Arsenal en la ronda previa, pero ante la Juventus fue insustancial.

Lo que viene a continuación en los despachos es una ardua tarea por desencajar a los guerreros de Simeone. Godín, Filipe y Juanfran tendrían que renovar y es probable que solo el español lo haga. En Italia aseguran que Godín ya ha firmado contrato con el Inter, que le ofrece tres temporadas, frente a la oferta de un año del Atlético. El capitán rojiblanco no dice nada al respecto. Filipe estuvo a punto de salir en verano al PSG y su temporada, entre lesiones y baja forma, ha sido irregular. Acaba contrato y lo normal es su salida del equipo rojiblanco. Juanfran dice que el Atlético es el «club de su vida» y quiere quedarse aun con menos sueldo.

Serían dos o tres fichas altas que aliviarían el tope salarial del club (293 millones). El Barça tiene 632 millones y el Madrid 566. El problema para el Atlético puede llegar por la decisión de Lucas Hernández. El Bayern Múnich le ofreció un sueldo de nueve millones al que no alcanza el club colchonero y el francés no ha elegido camino, que se sepa. Si se marcha el campeón del mundo, el Atlético se obligaría a una remodelación total de su defensa, a nuevos fichajes y a la posible proyección de canteranos (Montero y Solano han aparecido en cuentagotas).

No habrá criba en el Atlético por la Champions, mucho menos una revolución. Lo más, una renovación de la defensa y la prolongación del contrato de Oblak, el auténtico seguro de vida del equipo, aunque en Turín Cristiano se impuso otra vez.

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