Giro de Italia

El pequeño velocista logra su segundo triunfo ante los gigantes Ackermann y Demare

Avanza el Giro sin pena ni gloria, medio ausente porque no hay españoles en la pelea, no se ha dado una gran competencia hacia el líder virtual Primoz Roglic y no ha aparecido la montaña rebasada la etapa once. Sin cumbres que escalar, cualquier carrera está destinada a la insustancialidad. En Novi Liguri venció el pequeño australiano Caleb Ewan, su segunda victoria en el Giro. Triunfo y adiós porque se acaban las oportunidades para los velocistas y Ewan, como Viviani, no saldrá este jueves.

Otra etapa infinita, 211 kilómetros de nada, llana como el soporte de una mesa y sin otro aliciente que conocer hasta dónde el pelotón dejaría respirar al trío de escapados que lo intentó camino de la patria de Fausto Coppi, el gran campeonísimo italiano que nació en Castellania, a una veintena de kilómetros de la meta.

La talegada de kilómetros solo sirvió para reavivar el deseo de montañas, circunstancia que se cumple este jueves en la etapa entre Cuneo y Pinerolo, en las estribaciones de los Alpes italianos cerca de la frontera con Francia. Se subirá un puerto inédito, el Montoso, de 9 kilómetros al 9,4 por ciento de desnivel medio. Es decir, una escalada dura con la meta situada 23 kilómetros más allá de la cima. Oportunidad para Mikel Landa, tan retrasado en la general (a 6 min y 42 seg. del líder postizo, Conti, y a casi cinco minutos del líder real, Roglic).

En la patria de Fausto Coppi, el esprinter de bolsillo Caleb Ewan se impuso con sagacidad a Ackermann, Demare y Viviani, el velocista italiano que abandona seco el Giro después de sus cuatro éxitos del año pasado. Ya solo queda una opción teórica para los velocistas (etapa 18).

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